1 oct 2008

Salmos 6

Salmos 6

6:1 Jehová, no me reprendas en tu enojo,
Ni me castigues con tu ira.
Psa 6:2 Ten misericordia de mí, oh Jehová, porque estoy enfermo;
Sáname, oh Jehová, porque mis huesos se estremecen.
Psa 6:3 Mi alma también está muy turbada;
Y tú, Jehová, ¿hasta cuándo?
Psa 6:4 Vuélvete, oh Jehová, libra mi alma;
Sálvame por tu misericordia.
Psa 6:5 Porque en la muerte no hay memoria de ti;
En el Seol, ¿quién te alabará?
Psa 6:6 Me he consumido a fuerza de gemir;
Todas las noches inundo de llanto mi lecho,
Riego mi cama con mis lágrimas.
Psa 6:7 Mis ojos están gastados de sufrir;
Se han envejecido a causa de todos mis angustiadores.
Psa 6:8 Apartaos de mí, todos los hacedores de iniquidad;
Porque Jehová ha oído la voz de mi lloro.
Psa 6:9 Jehová ha oído mi ruego;
Ha recibido Jehová mi oración.
Psa 6:10 Se avergonzarán y se turbarán mucho todos mis enemigos;
Se volverán y serán avergonzados de repente.


Si has leído la historia de la vida de David, sabes que tuvo una vida muy dura. Tenía muchos enemigos, incluyendo el rey Saúl.
En Salmos 6, encontramos a David buscando ayuda de Dios. Él sabía que había cosas fuera de su control y que solamente Dios podría ayudarle. No le vemos pidiendo ayuda a Dios sólo una vez, mas el pasó toda la noche clamando y llorando a Dios por su ayuda. Eso debe enseñarnos algo con respecto a como pedimos cosas a Dios. Ese pensamiento va mano a mano con el ‘Reto de la Semana de Isaías 55:6-7’.
Dios conoce tu corazón. ¿Hablas en serio con Él?
Vemos aquí, de nuevo, que Dios es fiel y que no va a dejar a sus hijos (Juan 1:12—‘Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dió potestad de ser hechos hijos de Dios;’) cuando le necesitan.

¡Hasta Pronto!



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