7 sept 2008

La amargura

La vida viene con momentos altos y bajos—cambios inesperados pueden venir, muerte, una mudanza, problemas económicos, problemas matrimoniales. Si no tenemos cuidado de pensar bíblicamente, algo peligroso se puede asentarse en nuestras vidas. Se llama amargura. Algunas señales son: chismorreos y calumnias hacia otros, desagradecimiento y lamentos, juzgamos a otros, nos creemos que somos el centro del universo, tristeza excesiva, deseos de venganza, perdida de gozo, una actitud crítica.

Si nos permitimos quedarnos en amargura podemos acabar siendo el tipo de persona que está siempre dando la nota y que chilla a su esposo y a sus hijos, siempre está intentando llamar la atención, insultante, critica, manipuladora por medio de lloriqueos (o quedándose en silencio) para poder conseguir lo que quiere, y se comporta como una niña que esta enrrabietada. El problema es…. !qué somos personas adultas! Realmente difama a su propia familia y a ella misma. (Hebreos 12:15)

¿Eres esa mujer?


Es muy fácil apartar nuestros ojos de Jesús. Como Pedro que empezó a hundirse en el agua porque quitó sus ojos de Jesús—no somos diferentes. Simplemente no podemos permitir que las circunstancias definan nuestro humor. Es una manera de destrozar nuestras casas, y además, es PECADO. Tenemos que controlarnos a nosotras mismas. No solamente exteriormente, sino también interiormente. El fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, bondad, benignidad, fe, mansedumbre y templanza. (Galatas5:22)

Los problemas nos afectan a todos. Creo que nuestra mayor necesidad, además de Cristo, es la de conocer y confiar en las Escrituras para el renovamiento de nuestras mentes. ¿Creemos realmente en las promesas de Dios? Confiamos en Dios en cada aspecto de nuestras vidas (no sólo en las que son fáciles de confiar)? ¿Cómo está tu fe? Si es pequeña, tenemos que asegurarnos de orar para que ese grano de mostaza crezca.Si Dios realmente está dirigiendo nuestros pasos, entonces no tenemos de qué preocuparnos. No tenemos que reaccionar. El está en control, no nosotros. Somos bendecidos al tener una Roca Sólida, un Fundamento Firme. No podemos ser como las olas del mar que van de un lado a otro. Tenemos que cerrar y guardar la puerta de nuestras vidas para no dejar que la amargura entre en nuestras vidas.

La amargura crece cuando “ le damos importancia a algo que nos han hecho injustamente” (1 Corintios 13:5) pero Hebreos 12:15 nos enseña a :
“Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios; que brotando alguna raíz de amargura, os estorbe, y por ella muchos sean contaminados.”

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