Salmos 2:
2:1 ¿Por qué se amotinan las gentes,
Y los pueblos piensan cosas vanas?
2:2 Se levantarán los reyes de la tierra,
Y príncipes consultarán unidos
Contra Jehová y contra su ungido, diciendo:
2:3 Rompamos sus ligaduras,
Y echemos de nosotros sus cuerdas.
2:4 El que mora en los cielos se reirá;
El Señor se burlará de ellos.
2:5 Luego hablará a ellos en su furor,
Y los turbará con su ira.
2:6 Pero yo he puesto mi rey
Sobre Sion, mi santo monte.
2:7 Yo publicaré el decreto;
Jehová me ha dicho: Mi hijo eres tú;
Yo te engendré hoy.
2:8 Pídeme, y te daré por herencia las naciones,
Y como posesión tuya los confines de la tierra.
2:9 Los quebrantarás con vara de hierro;
Como vasija de alfarero los desmenuzarás.
2:10 Ahora, pues, oh reyes, sed prudentes;
Admitid amonestación, jueces de la tierra.
2:11 Servid a Jehová con temor,
Y alegraos con temblor.
2:12 Honrad al Hijo, para que no se enoje, y perezcáis en el camino;
Pues se inflama de pronto su ira.
Bienaventurados todos los que en él confían.
En capítulo 2, encontramos un Salmo de profecía.
Nota la diferencia entre los que rechazan al ungido de Dios (su Hijo-mira al versículo 7) y los que confían en Él.
¡Sí, tienes que escoger un lado—escoge el lado de Dios!
¡Hasta pronto!
20 ago 2008
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