1 PEDRO
Esperanza en Tiempos de Aflicción
1 Pedro 5:8-11 Cómo Enfrentarse Cara a Cara con el Adversario
Esperanza en Tiempos de Aflicción
1 Pedro 5:8-11 Cómo Enfrentarse Cara a Cara con el Adversario
Introducción:
1 Pedro fue escrito a personas que sufrían, pero es interesante que Pedro no ofrece una fórmula para escaparse del dolor. Pero muy a menudo, nos dice que no debe sorprendernos e incluso dice que Dios ofrece beneficios a quienes soportan el sufrimiento. El mensaje está lleno de esperanza y nos muestra la importancia de las pruebas para nuestra madurez. Entra la confusión porque no sabemos cómo interpretar el dolor; tenemos que recordar que en medio del sufrimiento, Dios está obrando en nuestras vidas.
Dicho eso, Pedro nos enseña al final de este libro que aunque Dios está obrando en las pruebas de la vida, Satanás también lo está. La diferencia es que Dios usa la prueba para acercarnos a Él, pero Satanás la usa como palanca para alejarnos de Dios.
En la lección de esta mañana, Pedro nos da un consejo esencial sobre cómo batallar contra el diablo e impedir que gane la victoria en nuestras vidas.
Si queremos ser victoriosos en esta batalla tenemos que entender nuestro enemigo: su filosofía, sus métodos de operación, y sus métodos de tentación.
· Su Identidad y Estilo-v8
‘Adversario’ se refiere a una persona contraria en un pleito judicial
‘Diablo’ quiere decir ‘acusador’ o ‘difamador’—en Apoc. 12:10, se le llama el ‘acusador de los hermanos’.
Con todas sus fuerzas y recursos, Satanás quiere difamarnos y derrotarnos.
Anda alrededor, vigilando cada paso que damos, esperando el momento estratégico para pillarnos con la guardia baja.
Anda alrededor ‘cómo león rugiente’, con hambre, con la meta de devorarnos.
· Nuestra Respuesta y Razón-v9
Tenemos que ser vigilantes y estar alerta del peligro del enemigo porque anda alrededor de nosotros.
Tiene gran poder e inteligencia y tiene un gran ejército de demonios que le ayudan en sus ataques contra el pueblo de Dios.
No quiere llamar atención, prefiere trabajar en las sombras.
Eph 6:10-12 Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza. Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo. Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.
Para derrotar al diablo primero debemos respetarlo—no temerle ni reverenciarlo—sino respetarlo, como el electricista respeta el poder de la corriente eléctrica.
Lo segundo que debemos hacer es resistirlo, como vemos en versículo 9.
Esa resistencia no debe depender de nuestra propia fuerza sino que debe ser el resultado de estar ‘firmes en la fe’. Esa fe crece y se fortalece cuando pasamos tiempo en las Escrituras.
Rom 10:17 Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios.
Psa 119:11 En mi corazón he guardado tus dichos, Para no pecar contra ti.
No estás solo en la batalla contra el adversario, hay creyentes en toda la tierra que está contigo batallando.
· El Dolor y las Recompensas-v.10
A pesar de la fe y de los hermanos en la fe, la verdad es que vamos a sufrir, pero las buenas noticias son que cuando resistimos de esta manera, él se retirará.
Santiago 4:7 Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros.
Va a ser doloroso, pero habrá recompensas—Él nos perfeccionará, nos afirmará, nos fortalecerá, y nos establecerá.
Versículo 10 es un gran cuadro de un héroe, un veterano maduro, un creyente bien cimentado y estable. Y podemos confiar en Cristo que saldremos así porque Su mano es mucho más poderosa que la de nuestro enemigo—mira a versículo 11.
1Pe 5:11 A él sea la gloria y el imperio por los siglos de los siglos. Amén.
Cristo es quien tiene el imperio y lo tiene por los siglos de los siglos. Él tiene el control y eso puede dar esperanza a cada creyente.
Y como conclusión:
· Un Par de Recordatorios Necesarios
NUNCA confunda la confianza en Cristo con la presunción de la carne.
SIEMPRE recuerde que el sufrimiento es temporal y sus recompensas son eternas.
2Co 4:16-18 Por tanto, no desmayamos; antes aunque este nuestro hombre exterior se va desgastando, el interior no obstante se renueva de día en día. Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria; no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas.
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